La 9na Asamblea Mundial de Religiones por la Paz, celebrada en Viena, del 20 al 22 de noviembre de 2013, ha llamado la atención sobre una nueva amenaza a la paz: la hostilidad creciente. Su documento final, la Declaración de Viena “Acogiendo al Otro - Una Visión Multireligiosa de la Paz” señala: “Nosotros estamos profundamente preocupados por (la) creciente hostilidad en la sociedad y dentro, y entre las comunidades religiosas. Esta hostilidad hacia el "otro" es una extensión de la intolerancia, y demasiado a menudo adquiere la forma de violencia. Las víctimas de la hostilidad son a menudo poblaciones vulnerables, incluyendo a miembros de minorías étnicas, religiosas y lingüísticas; migrantes, refugiados, solicitantes de asilo, desplazados internos y personas apátridas.”
Asimismo, la 9na Asamblea Mundial de Religiones por la Paz fue el marco para el lanzamiento de la declaración “Acoger al extranjero: Afirmaciones de los líderes de las comunidades basadas en la religión”. En razón de ello, del Consejo Latinoamericano y Caribeño de Líderes Religiosos ha asumido con preocupación, la promoción del respeto a la dignidad humana inherente a los migrantes, los refugiados y los solicitantes de asilo, así como el fomento de la comprensión de su valor y su contribución para las sociedades, lo que permite el acercamiento de las culturas.
La Asamblea General de las Naciones Unidas, en su resolución 70/539, resolvió convocar una Reunión de Alto Nivel sobre la respuesta a los grandes desplazamientos de refugiados y migrantes (Conferencia de las Naciones Unidas sobre Refugiados y Migrantes), a celebrarse el 19 de septiembre de 2016; y solicitar al Secretario General de las Naciones Unidas que elabore un informe amplio sobre la cuestión, con inclusión de recomendaciones sobre medidas para hacer frente a los desplazamientos masivos de refugiados y migrantes, el cual fue presentado el pasado 9 de mayo, con el título de “En condiciones de seguridad y dignidad: Respuesta a los grandes desplazamientos de refugiados y migrantes”.
El Informe del Secretario General de las Naciones Unidas menciona en su capítulo No discriminación e inclusión que “La discriminación y la marginación son elementos característicos de la experiencia de muchos refugiados y migrantes en todo el mundo. Esta situación se debe abordar urgentemente. El derecho internacional prohíbe todo tipo de discriminación por motivos de raza, sexo, idioma, religión, opinión política o de otra índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra condición social. Esta prohibición es de sobra conocida y la historia nos ha enseñado muchas lecciones sobre el destructivo legado del odio. Pese a ello, un discurso virulento, xenófobo y a menudo racista está cobrando arraigo en muchas partes del mundo de nuevo en esta época.” Para muchas mujeres, la discriminación fundada en factores relacionados con el origen étnico, la lengua y la espiritualidad se entrecruza con la discriminación basada en género, dando lugar a una discriminación agravada o discriminación por doble motivo.
A continuación, expresa que ”Este clima incita a la discriminación contra los refugiados y migrantes en diversas esferas de la vida, como la educación, el empleo, la atención sanitaria y la vivienda, y atenta contra la dignidad humana de los refugiados y migrantes. Para atajar esta situación, (como Secretario General) he decidido iniciar una campaña mundial de lucha contra la xenofobia liderada por las Naciones Unidas, en la que se haga hincapié en el contacto directo y personal entre las comunidades de acogida y los refugiados y migrantes. Espero que la campaña destaque la humanidad que nos une e insista en las contribuciones positivas de los refugiados y migrantes. Espero también que goce de un amplio apoyo de los Estados Miembros y de una gran variedad de agentes de la sociedad civil en todos los países.”
Luego, indica: “Muchos refugiados y migrantes están confinados a la marginación en las sociedades en las que viven. Esta situación trunca el potencial humano de los refugiados y los migrantes y provoca una tensión económica y social. El mejor enfoque es la inclusión de los refugiados y migrantes en todas las esferas de la vida social, cultural y económica… Los Estados que trabajan de manera aislada no logran la inclusión. Para lograr la inclusión de los refugiados y los migrantes se debería contar con una amplia participación de una gran variedad de agentes. Habría que alentar una colaboración más activa de las organizaciones locales de la sociedad civil, las comunidades religiosas, el sector privado, los medios de comunicación, las instituciones nacionales de derechos humanos y las asociaciones de refugiados y migrantes, y los Estados Miembros deberían establecer alianzas con ellos.”
La movilidad humana se ha incrementado y diversificado considerablemente en las últimas décadas, y esta tendencia es probable que se intensifique en los próximos años. Los migrantes y refugiados ofrecen puentes entre los países de origen y los países de destino. A medida que más personas emigran, más culturas se entrelazan y las sociedades se vuelven más diversas. Al desplazarse con sus culturas, los refugiados y migrantes generalmente traen consigo sus religiones y costumbres a los nuevos lugares de residencia. Los refugiados y migrantes se enfrentan a menudo con la preocupación de integrarse y coexistir pacíficamente en las comunidades de acogida, sin perder sus identidades y culturas originales. La migración es una realidad humana multidimensional que, cuando está bien gestionada, es beneficiosa tanto para los refugiados y migrantes como para las sociedades de acogida.
Sin embargo, la narrativa actual de la migración es frecuentemente tóxica y vilipendia a los refugiados y migrantes. Esta narrativa negativa de la migración exacerba el debate entre la soberanía nacional y los derechos individuales, y entre la seguridad nacional y la seguridad humana. El combate contra la retórica negativa en torno a los refugiados y migrantes es un paso crítico para una migración bien administrada, mutuamente beneficiosa. El malestar y la desconfianza hacia los refugiados y migrantes, procede a menudo de los estereotipos que asocian los refugiados y migrantes con la inseguridad, la criminalidad y el terrorismo. El papel de los líderes religiosos en la lucha contra las reacciones xenófobas puede ser de suma importancia en la formación, o la reconfiguración, del discurso público y, relacionado con esté, la respuesta política.
Las sociedades diversas son ahora más propensas a ser la regla que la excepción. Uno de los objetivos más importantes de la actualidad es la promoción de la diversidad social, cultural, religiosa y étnica. El debate de la dimensión de la integración, que frecuentemente se pasa por alto, es imprescindible para una migración bien gestionada. Aunque el concepto de "integración" puede entenderse de forma diferente dependiendo del país y del contexto, generalmente se define como el proceso de adaptación mutua entre la sociedad de acogida y los refugiados y migrantes. La integración es un proceso multidimensional, multifacético, que requiere el involucramiento inclusivo y coherente de un conjunto diverso de actores, incluidos los líderes religiosos.
Los gobiernos, el sector privado, las organizaciones de la sociedad civil, las comunidades religiosas y los migrantes deben trabajar juntos para alcanzar la cohesión social y la comprensión intercultural e interreligiosa que se enraízan en los valores compartidos de un mundo libre de discriminación. Pero la cohesión social relacionada con la migración debe ir más allá de las medidas contra la discriminación. A medida que se busca un discurso público más constructivo sobre la migración, no debe minimizarse la lucha contra la xenofobia. También, deben realzarse esfuerzos para mejorar la percepción de los inmigrantes y su valor para el desarrollo de las sociedades, entre los ciudadanos nacidos en los países de acogida.
Respondiendo a las preocupaciones mencionadas, el Borrador Cero del Documento Final de la Reunión de Alto Nivel sobre la respuesta a los grandes desplazamientos de refugiados y migrantes, presentado el pasado 27 de junio, incorpora en su punto 5. Compromisos conjuntamente por los migrantes y refugiados, los siguientes incisos:
xii. Tomaremos las medidas para combatir la discriminación en nuestras sociedades contra los migrantes y refugiados, y para fortalecer su inclusión en todos los ámbitos de la vida. Desarrollaremos políticas nacionales con este propósito, en conjunto con la sociedad civil, el sector privado, las organizaciones de empleadores y de trabajadores, y otras partes interesadas.
xiv. Condenamos enérgicamente todas las manifestaciones de xenofobia, discriminación racial e intolerancia. Tomaremos medidas para abordar actitudes y conductas xenófobas, en particular la incitación al odio y la violencia racial, que están dirigidas contra los migrantes y refugiados. Apoyamos, y contribuiremos a implementar, la propuesta del Secretario General de una campaña mundial liderada por la ONU para contrarrestar la xenofobia que enfatizaría el contacto personal directo entre las comunidades de acogida y los refugiados y migrantes, y destacaría nuestra humanidad común, así como las contribuciones positivas de los migrantes y refugiados. Hay una responsabilidad de todos nosotros por corregir malinterpretaciones hostiles y por fomentar una narrativa más positiva con respecto a ambos.
La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), en su Declaración Universal sobre la Diversidad Cultural, indica que “En nuestras sociedades cada vez más diversificadas, resulta indispensable garantizar una interacción armoniosa y una voluntad de convivir de personas y grupos con identidades culturales a un tiempo plurales, variadas y dinámicas”, y luego señala que “La diversidad cultural amplía las posibilidades de elección que se brindan a todos; es una de las fuentes del desarrollo, entendido no solamente en términos de crecimiento económico, sino también como medio de acceso a una existencia intelectual, afectiva, moral y espiritual satisfactoria”.
Un aspecto esencial de la diversidad cultural es la mejora de las relaciones entre las personas y las comunidades de culturas y religiones diferentes, como establece la resolución 70/19 y otras anteriores de la Asamblea General de las Naciones Unidas relativas a la promoción del diálogo, la comprensión y la cooperación entre religiones y culturas en pro de la paz. La proclamación del Decenio Internacional de Acercamiento de las Culturas (2013-2022) también concierne a los vínculos entre la migración, la cultura, las religiones y el desarrollo.
Los Días de Oración y Acción Multireligiosas en Favor de los Refugiados y Migrantes a realizarse en el fin de semana del viernes 16 al domingo 18 de septiembre, previo a la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Refugiados y Migrantes, tendrán como objetivos:
Demandar a los Estados de América Latina y el Caribe a que apoyen en la Reunión de Alto Nivel sobre la respuesta a los grandes desplazamientos de refugiados y migrantes, la adopción de acciones para combatir la discriminación contra los migrantes y refugiados, y para condenar todas las manifestaciones de xenofobia, discriminación racial e intolerancia, incluyendo aquellas que afectan especialmente a las mujeres.
- Demandar a los Estados de América Latina y el Caribe a que apoyen en la Reunión de Alto Nivel sobre la respuesta a los grandes desplazamientos de refugiados y migrantes, la adopción de acciones para combatir la discriminación contra los migrantes y refugiados, y para condenar todas las manifestaciones de xenofobia, discriminación racial e intolerancia, incluyendo aquellas que afectan especialmente a las mujeres.
- Resaltar los valores comunes de las tradiciones de fe de América Latina y el Caribe para aportar a la no discriminación y la integración de los refugiados y migrantes, con énfasis en el respeto a su diversidad cultural y religiosa.